Los CEO de empresas que se han ocupado fiel e infielmente de proveernos de productos y servicios sin normas o reglas con proyectos de comercialización que establecen reglas que dejan afuera al común de la población, manejan la banca, los créditos, préstamos y organizan el estado alrededor de políticas de subvención a empresas, empresarios, bajo las prebendas de exención de impuestos y prebendas, son los que ocupan los cargos más importantes en el actual gobierno, muchos de ellos procesados, con deudas históricas en ética y fraudes diversos, le dan una imagen al mundo de la impunidad de que gozan en Argentina.
Los nombres y las caras se asocian a empresas y una relación directa con los contratos que propicia el macrismo, los sobreprecios y concesiones con vía directa entre funcionarios y empresas.
Mientras por una parte hay despidos indiscriminados con el único delito de haber apoyado al gobierno anterior, mientras los discursos de Macri explican que los puestos deben ser ocupados por merecimientos ley que no se ajusta a los parientes y amigos que están reemplazando en los puestos ahora disponibles.
En el exterior las preguntas que generan quedan sin respuesta.
Los mismos que golpearon las puertas de los bancos cuando se robaron los ahorros de los argentinos volvieron a traer a la misma gente al gobierno.
Los mismos que apoyaron y encubrieron delitos de lesa humanidad, ahora agregados tratantes, abuso infantil, nazismo, un combo indigerible para cualquier organismo internacional.
De la mano de un presidente procesado que ha sabido burlar la justicia y que ahora se provee a sí mismos y su Staff de recursos para seguir impune y blindar su actuación.
El país como un enorme botín que el macrismo ofrece a manos llenas está en su punto de ebullición.